lunes, 13 de junio de 2011

Los árboles cantaron en el Retiro el pasado fin de semana

Crónica “Donde los árboles cantan”

-¡Eva rápido que llegamos tarde!

4 de la tarde. Dos chicos corren  bajo un sol abrasador del retiro. Se detienen, de pronto, en un pabellón, casi al final de la feria del libro, donde unos chicos están sentados, disfrutando de unos bocadillos, charlando de libros. ¡Por fin!
Me llamo Víctor, y posiblemente, esto que estoy contando ahora es uno de los mejores fin de semana que he tenido en mi vida. Pero para entenderlo todo y por que ahora, mientras escribo estas líneas tengo los pies destrozados tengo que empezar por el principio.

***
El fin de semana había comenzado. El Sol se colaba por entre los agujeros de la persiana, aun que al chico que estaba arremolinado entre las sábanas no parecía importarle. La puerta de la habitación se abrió de golpe un hombre de unos 40 años entró por la puerta.
-Cariño levántate, que si quieres hacerlo todo…
El chico, semidespierto contesta casi en sueños que ya se levantará. El hombre, se encoge de hombros y se va…

-¡AAAAAAAAAAA!- grité con todas mis fuerza al ver la hora que era. Pero si solo había descansado un poco la vista desde que mi padre me había despertado… ¡Hacía casi dos horas!
Me levanté corriendo y me metí en la ducha. Me vestí corriendo sin saber lo que me ponía y fui al ordenador. Tenía que comprar las cosas de teatro. Empecé a buscar y no encontraba nada servible. Me di por vencido, lanzándome a la aventura de comprar solo. Pero cuando tenía un pie fuera de casa, el móvil empezó a sonar. Mi amiga no podía acompañarme a Madrid. Durante la siguiente hora me tiré el metro leyendo mientras le gante cuchicheaba. Capté un par de palabras: Pequeño… leyendo… que fuerte.
Empecé mis compras en la latina y no se como acabé perdiéndome y cogiendo el metro en Lavapiés. ¡Era tardísimo! Llegué a casa y comí como los pavos obligando también a mi padre. Las 3. ¡NO IBA A LLEGAR! En ese momento cuando salía de casa con mi padre para ir a recoger a una amiga me sonó, de nuevo el móvil. Era Marta, una chica del foro de Laura Gallego, que ya había como cien personas para la presentación. La colgué sin decir nada y me metí corriendo en el coche. Para colmo mi padre se perdió, y casi me hecho a llorar. Pero bueno cuando llegamos mi amiga y yo, sofocados, sudando, vimos que tan solo habría unas 20 personas. Respiramos tranquilamente. Marta me dio un abrazo y nos presentó a todos. Eran las 4, aún quedaban 4 horas para el gran evento. Hablamos charlamos, hasta las 5 o así no ocurrió ningún dato de mención, aparte de las entrevistas que Alexia, miembro de honor de Idhún.net, nos hizo. . Alrededor de las 5 y media, dos mujeres ya mayores sonrientes nos preguntaron que desde cuando llevábamos allí, contestaron todos que desde las 11. Nosotros, contestamos que desde las 4. La mujeres nos sonrieron y nos dijeron que si colábamos a su hija. Tanto mi amiga Eva como yo, nos empezamos a reír, sin saber si era en serio o no. Después de esto las mujeres nos empezaron a echar miradas fulminantes. Alrededor de las 6, una conferencia empezó en el pabellón en el cual luego variamos a Laura. Tanto a Eva como a mi, nos daba un poco de pena ver a la escritora y ha una decena de personas más y estuvimos a punto de entrar. Pero luego se fue llenando y lo dejamos pasar. Entretanto, nos cambiaron del lado de la cola, y un chico de seguridad, que luego se quedaría con el nombre de “El peliteñido” (gracias a su pelo de punta teñido de rubio), nos contó, por que como nosotros estábamos en grupo, eres más fácil colar a alguien. 20, éramos. Entretanto la mujer de antes, que estaba justamente detrás de nosotros nos empezó a contar, como lo había hecho hacía poco el peliteñido del guardia. Y dijo en voz en grito:
-¡Aquí alguien se ha colado!- dijo, y nos quedamos todos mirándola- Que antes eran 20 y ahora son 21.
Y entonces, una chica rubia muy maja, que estaba allí desde las 11, le dijo a la mujer que allí no se había colado nadie y que si había aprobado matemáticas en el colegio. Pero la mujer no se quedó ahí, por que al parecer nos clonamos, en un momento fuimos 27. Y así peleándose con la mujer, llegaron las 7 y media. Quedaba tan solo media hora. Eva y yo nos fuimos un momento, y esta se compro un libro. Y además nos encontramos con que Almudena Grandes estaba firmando junto a nosotros. Más tarde, casi alrededor de las 8 una mujer muy simpática, nos preguntó que libro nos habíamos llevado para que nos lo firmara, que esperábamos del libro nuevo, de la portada, y demás cosa. Luego entró hacia la caseta. Propusimos hacer una cuenta atrás, pero esta se quedó interrumpida cuando la puerta se abrió tres minutos antes y entramos en tropel. Eva y yo nos sentamos en tercera fila, detrás de unos chicos que habían estado con nosotros toda la tarde. ¡Por fin! Allí estábamos viendo como, tras 4 horas de espera, Laura por fin entraba al pabellón y se sentaba junto a Cris Ortega, la ilustradora de la portada. Las dos chicas, acompañadas de un chico de unos 28 años, más o menos, bastante simpático, nos presentaron la portada. Estaba en blanco. Todos nos quedamos un poco flipando mirando el lugar donde debería haber estado el dibujo de la portada. Empezamos a aplaudir, pero entonces, dieron la vuelta al cartón y vimos la verdadera portada. ¡ERA INCREIBLE! Tan bonita, la mejor hasta la fecha de algún libro de Laura. Tras desvelar la portada, vimos los otros bocetos que se tenían de la portada, como fue tomando forma y por que eligieron esa precisamente. Luego Laura leyó el primer capítulo, aunque no entero, pues se habría tardado mucho. Eso sí, no dijo como se le había ocurrido la idea del libro, pues sería destriparlo. Luego tras una sesión de preguntas, entre las cuales estuvo la mía (La princesa prometida es uno de tus libros favoritos. En este nuevo libro tuyo, también está la separación de unos amantes. ¿Te ha influido La princesa prometida en este nuevo libro tuyo? Laura, tras quedarse pensativa, me contestó que no, y que además nadie  le había planteado esa idea. El chico de adelante me llamo “Único, primero” y el de atrás retorcido.) Hicimos un sorteo para ver quien se quedaba con la portada grande firmada por Laura y Cris. Le tocó a una chica que estaba detrás nuestra, que casi se puso a llorar. Aunque luego, vino lo mejor. Dos chicas del foro se metieron  pegando codazos hasta Laura, y le pidieron hacerse una foto con el foro. Ella contestó que si que quería hacerse una foto con su foro, pero fuera. Empezamos a saltar todos de alegría, y acabamos fuera de la caseta, con 20 cámaras apuntándonos, comos estrellas de cine. Y claro a mi solo se me ocurrió decir: “Con tanta foto parezco la pantoja”. Todo el mundo se empezó a desternillar de risa. Tras las fotos Laura se tenía que ir, pero que mañana firmaría en la feria.
Volví a casa, pensando en la perfecta tarde que había vivido. Y mientras en las fiestas de mi barrio, miles de chicos se montaban en atracciones, yo era feliz por que había visto a mi autora favorita. Volví a casa a las 2 de la mañana, tras estar en las fiestas de mi barrio, aunque me acosté a las 4.

2011-06-13

“Baby I was born this way…”
6 de la mañana, Lady Gaga me puso en pie tras tres escasas horas de sueño. Bueno “en pie”. pues pegué un manotazo al móvil, para que sonara la alarma en diez minutos. Pero no, le di al botón de “Quitar”. Así, pensando que tenía diez minutos más para dormir volví al mundo de los sueños…
“Tonight, Tonight”
Esa no era mi alarma… si no mi tono de llamada
-¡LAS OCHO Y MEDIA!- grité
Me vestí corriendo, con caída incluida, me lavé los dientes, la cara y entré en el salón. Mi padre, en pijama y en el ordenador me miraba sonriente.
-¿Te diviertes?- le dije con desdén- ¡Tendríamos que estar ya en casa de Eva, vamos corres vístete!
Sin desayunar, poniéndome las lentillas en el espejo retrovisor y con un hambre increíble llegué a casa de Eva, que hoy venía acompañada de Cecilia, otra fan de Laura. Llegamos al Retiro, alrededor de las 9, tras coger un desayuno rápido en el Favorit del Paseo del Prado (y acabar echándole toda la leche a Cecilia en la piernas, y comiéndome solo el Croissant), donde nos encontramos a Marta, la chica del foro y a su hermana. Quedaban dos horas para la firma, pero, que al contrario que la presentación del día anterior, estas se nos pasaron volando. En lo que se tarda en decir Idhún ya estábamos a las puertas de la carpa. Laura, nos recibió con una sonrisa. La primera en ser firmada fue Cecilia:
-¿Cómo te llamas?- dijo sonriente.
-Soy del foro- contestó ella muy vergonzosa.
-Vale- sonrió Laura- Para Soy del foro con cariño
Nos empezamos todos a reir.
Luego me tocó a mi y el chico de Sm, que también había estado en la presentación del día anterior soltó un
-Por fin, alguien que nos trae algo aparte de Memorias de Idhún
Laura me firmó las hijas de Tara sonriendo, y luego fue el turno de Eva. Nos pidió perdón por no habernos firmado el día anterior pero tenía cosas que hacer. Le dijimos que no se preocupara, nos deseó suerte y salimos saltando de la carpa tras hacernos una foto con ella. El día podría haber acabado allí, pero no me di por vencido. Con un dolor de pies inhumano, me fui a teatro dejando a las chicas solas en la feria. Durante todo el ensayo no pude pensar en otra cosa que no fuera en Laura y en si podría ir por la tarde a que me firmara. Y decidí ir.
Volví a casa a las 3, comí como los pavos y mis padres me llevaron al Retiro. Allí me encontré con un montón de chicos del foro y  luego me puse a la cola. Serían alrededor de las 4 de la tarde. Pero, a las 5 más o menos, nos dimos cuenta de que estábamos fuera de la fila. Nos quedamos planchados, pues ahora la fila era enorme. Una amiga, Belén, propuso meternos con unos amigos en la fila pero no me pareció ético. Pero luego a la mitad de la fila, bastante atrás, nos encontramos con unas gemelas, que eran del foro y bastante majas. Y nos convencieron de que nos quedáramos con ellas. Al rato Marta se fue y nos hicieron levantarnos. Y hubo un reencuentro. La mujer que nos había contado el día anterior estaba un poco delante de nosotros. Las siguientes tres horas nos las tiramos andando de poco en poco, pensando en que no nos iban a firmar. Al rato Cristina, otra chica del foro, vino y nos dejó a su amiga, muy maja. A las ocho venos veinte, Belén y yo fuimos a hablar con una amiga que estaba muy adelante, casi para firmar ya. Y la mujer del día anterior, nos empezó a señalar y a echarnos miradas asesinas. Volvimos a nuestro sitio y a las 8 y veinte más o menos entramos en la carpa para que Laura nos firmara. La pobre tenía ya la mano hecha polvo. Cuando acabó con el grupo de las gemelas, nos tocó a nosotros, pero la chica de la organización nos cortó. Dos niñas con una señora de unos 40 años estaban en la esquina, y Laura la firmó. Miré a Belén, que se encogió de hombros. Y entonces me di cuenta. La infanta Elena, su hija y una amiga se habían colado por todo el morro. Se lo dije a Belén al oído que puso cara de pocos amigos. Cuando se fueron, la infanta nos sonrió y yo se la devolví muy falsamente.  Nos acercamos a Laura tímidamente, pues se había quedado mirando la puerta entre nostálgica y triste. Luego me sonrió y me preguntó el nombre:
-Victor, me has firmado está mañana. Un pregunta, ¿Habrá segunda parte de Mandrágora?- dije sonriente.
-Pues la verdad es que es un libro del cual si debería plantearme escribir la segunda parte.
Mi corazón se aceleró. Había esperanza de una segunda parte. Intentamos quedarnos con las portadas que había por la carpa, pero no nos dejaron.  Luego nos hicimos una foto, Belén la pidió un abrazo, y nos fuimos más contentos que unas pascuas. Luego, mis padres me recogieron, y con tristeza dije adiós a todo el mundo. Dimos una vuelta por la feria viendo a Lucia Etxebarría, a Isabel Allende, a Federico Moccia… Cuando ya nos íbamos me acerqué a la chica de seguridad que había estado en el evento de Laura y la pregunté si mucha gente se había quedado sin firmar. Triste, despedía un año más a la sin duda, mejor feria del libro que he vivido.

***
Y con esto acabo mi larga crónica de estos dos días que han sido de los mejores de mi vida, o al menos entre los mejores. En 48, 10 esperando para ver a laura, tan solo 5 dormidas, dos firmas, no se cuantas fotos y una satisfacción increíble. En fin, Laura, sigue así. Y, quería decir que todos aquellos que os quedasteis sin firma, que lo siento mucho y que os la merecéis. Y se que me quedan cosas por decir, nombre que nombrar y toda esa gente que estuvo conmigo las 10 horas de espera. A todas estas personas, a las que organizaron los eventos, a la editorial a todos, les digo gracias y me despido con un: “VIVAN LOS LIBROS”

Victor Heranz Tarrero